Seguro que alguna vez te has encontrado en esta situación. Llorar sin motivo aparente es más común de lo que creemos. Y es que llorar es un proceso cotidiano y natural que debemos normalizar el problema es cuando no somos capaces de identificar ese trasfondo que nos provoca esas ganas de llorar sin motivo aparente.
Cuando una persona llora sin motivo y no sabe por qué de forma aleatoria suele responder a un desconocimiento del motivo, a una causa interna que aún no hemos detectado o a causas negativas que sabemos exteriorizar o tratar individualmente.
¿Por qué tengo ganas de llorar sin motivo? Causas más comunes
Las causas principales que responden a esas ganas de llorar a veces responden a problemas no detectados pero en otras ocasiones pueden darse por los siguientes procesos psicológicos:
Ganas de llorar por depresión
La depresión es uno de los trastornos más comunes en la actualidad. Como uno de los trastornos del ánimo, uno de sus síntomas más directos es la manifestación de la tristeza “sin motivo” así como de un vacío y falta de motivación que se repite día tras día. Las ganas de llorar sin motivo constantes pueden ser un indicador de alerta de que estás viviendo una depresión y por tanto, que esa persona está ante un problema de salud mental.
Ganas de llorar por estrés
Puede que no lo notes en tu día a día pero está ahí. El estrés es algo que falsamente creemos controlar pero que, si notas que tienes ganas de llorar sin motivo, tu cuerpo está intentando canalizar. Llorar es una forma de liberar toda esa tensión que creemos tener bajo control y por ello, es importante repasar si en tu rutina diaria podrías estar expuesto a situaciones que te provoquen estrés y tratar de modificarlas.
Ganas de llorar por ansiedad
Si has pensado eso de “tengo ganas de llorar sin motivo y sin parar” quizá estés sufriendo ansiedad. Cuando una persona se enfrenta a ella siente miedo al enfrentarse a los problemas y ante una amenaza por lo que nuestro cuerpo puede responder con síntomas somáticos, sociales, conductuales, cognitivos o emocionales como las ganas de llorar sin motivo y de forma repentina como método de escape o huída.
Ganas de llorar por duelo
Si has perdido a un ser querido o has dejado una relación recientemente, puede que sea la respuesta a tus ganas de llorar sin motivo. Es importante pasar por todas las fases del duelo e incluso así, muchas veces creemos que hemos superado una “perdida” cuando realmente no es así.
Síndrome pre-menstrual y ganas de llorar
La menstruación provoca en las mujeres cambios hormonales una o dos semanas antes de que empiece el ciclo que pueden también ser los causantes de esas ganas de llorar sin motivo. Normalmente va ligada a otros síntomas como dolores de cabeza, hinchazón y dolor de riñones y no deberían alargarse demasiado en el tiempo.
Efecto pseudobulbular
Si las ganas de llorar ocurren de manera repentina y desmesurada puede que pueda deberse también a una afección llamada efecto pseudobulbular. Ésta afecta a partes del cerebro que controlan nuestras emociones siendo las causantes de esas ganas de llorar sin motivo y constantes. Por suerte, sufrir este tipo de afección es poco común y normalmente las ganas de llorar sin motivo se responden con alguno de los anteriores.
Dejar atrás las ganas de llorar sin motivo: mecanismos para hacerlo
La solución pasa por detectar ese “sin motivo” y atacar mediante mecanismos psicológicos. Algunos de ellos son:
- Hablar de tus emociones y de esas ganas de llorar con alguien.
- Iniciar actividades o hobbies que nos distraigan la mente.
- Realizar ejercicios de respiración, meditación o deportes relacionados con ello.
- Contactar con un psicólogo para detectar de dónde vienen esas ganas de llorar sin motivo y hacerle frente de manera directa.
Normalmente, cuando una persona llora lo hace por algo y es capaz de detectarlo. Cuando no es así y las ganas de llorar sin motivo se convierten en algo habitual, te has preguntado en algún momento “porque me siento triste de repente” o “porque me siento triste y sin ganas de hacer nada”, lo más recomendable será tratarlo para evitar problemas más graves a largo plazo.