TRATAMIENTO

Depresión

¿Qué es la depresión?

La depresión es un tipo de trastorno del estado de ánimo que se manifiesta sobre todo con un sentimiento de tristeza y de desinterés contínuo. Aquí tenemos que puntualizar que, aunque existan durante nuestra vida etapas de tristeza alargadas en el tiempo, no todas necesariamente serán depresión. Por eso, para diagnosticarla correctamente, será muy importante la figura del psicólogo. 

Una depresión puede durar semanas, meses e incluso años y según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas en el mundo la sufren cada año. 

Podríamos definir qué es la depresión como un trastorno mental diagnosticado que produce un sentimiento de tristeza, apatía, desgana o culpa muy agudo y que suele estar acompañado por otros trastornos como la ansiedad, la alteración del sueño o la baja autoestima. 

La depresión puede llegar a desembocar, en ocasiones extremas, en suicidio, por lo que es muy importante tratarla a tiempo para evitar males mayores o que afecte en otros ámbitos de nuestra vida como las relaciones sociales, familiares o laborales. 

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Causas de la depresión

Las causas de la depresión pueden darse por múltiples factores: relaciones interpersonales, la pérdida de un familiar o ser querido, enfermedades o problemas de cualquier índole. Saber el núcleo o inicio de dónde procede esa depresión será vital para poder atacar el problema de raíz. Algunas de las causas de la depresión pueden ser:

    • Desquilibrios cerebrales en partes del cerebro que controlan emociones, sentimientos o pensamientos.
    • Hormonas: el estrógeno femenino y la progesterona pueden aumentar el riesgo a paceden este tipo de trastorno.
    • Antecedentes depresivos familiares 
    • Traumas infantiles a los que no hemos prestado atención en su momento.
    • Condiciones médicas: enfermedades crónicas como el insomnio o el Parkinson pueden hacer que las personas se vuelvan más propensas a sufrir depresión.
    • Adicciones como el alcoholismo, la drogadicción o la ludopatía.
    • Dolor crónico: personas que sufren dolores crónicos o de forma continuada pueden entrar en bucle y ser más propensas a sufrir depresión.

Depresión: síntomas

Al igual que las causas, los síntomas de la depresión pueden variar según la persona que lo sufre, aunque existen una serie de signos comunes que permiten tener un primer diagnóstico de este trastorno: 

    • Tristeza intensificada: aunque muchas personas pueden intentar ocultarlo, el primer sintoma de la depresión es una desgana y una tristeza desmesurada, incontrolada y alargada en el tiempo. 
    • Falta de interés: Las personas que sufren depresión tienen una falta o ausencia de interés, sobre todo, ante momentos o cosas en las que antes sí se interesaban. Esto hace también que no sean capaces de tomar decisiones o que se les vuelva un problema real hacerlo. 
    • Pérdida de deseo sexual.
    • Cambios bruscos de apetito: y motivado por este síntoma…
    • Aumentos y/o pérdidas de peso repentinos.
    • Cambios en el descanso: otro de los síntomas de la depresión puede ser sufrir insomnio o por el contrario, dormir mucho más que antes. 
    • Nerviosismo.
    • Movimientos lentos: al andar, al hablar…
    • Baja autoestima y/o sentimiento de culpa constante.
    • Pensamientos suicidas
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Tratamiento depresión

El tratamiento variará dependiendo del paciente y de la gravedad de los síntomas del trastorno por depresión. Lo más común es alternar medicamentos, la psicoterapia y la terapia cognitivo-conductual por lo necesitar ayuda de diferentes profesionales como psicólogos, terapeutas o psiquiatras para tratarla de forma efectiva será algo normal. 

¿Cómo ayudar a una persona con depresión?

La depresión no solo afecta a la persona que lo sufre, también a todo su entorno.  La terapia psicológica unida a la terapia familiar puede ser de gran utilidad para empatizar con la persona que está lidiando con la depresión. Algunas técnicas o consejos que pueden ayudar al paciente pueden ser:

    • Hacerle preguntas que demuestren que te importa y que valoras a esa persona a pesar de su trastorno. 
    • Escuchar sin juzgar y sin aconsejar demasiado. 
    • Evitar las típicas charlas para animar y que pueden llegar a hacerle sentir peor. 
    • Animarle a hacer actividades o hobbies que antes disfrutaba pero sin insistir. 
    • Recomendarle asistir a terapia psicológica para poder diagnosticar y mitigar los síntomas en el menor tiempo posible. 

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